El Décimo Cuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatzo, nació el 6 de julio de 1935 en una familia de campesinos en el pequeño poblado de Takster, en el noreste del Tíbet. A los dos años de edad fue reconocido como la reencarnación de su predecesor, el Décimo Tercer Dalai Lama.
Los Dalai Lamas son la manifestación del Buda de la Compasión quien escogió renacer para servir a la humanidad. Dalai Lama significa, Océano de Sabiduría; los tibetanos por lo general se refieren a Su Santidad como Yeshe Norbu, la Gema que Concede Todos los Deseos, o simplemente lo llaman Kundun, la Presencia.
Cuando el Décimo Tercer Dalai Lama murió en 1935, el Gobierno Tibetano no simplemente tenía que nombrarle un sucesor, sino que debía encontrar el niño en quien el Buda de la Compasión habría de encarnar.
El niño no tenía que haber nacido justo en el momento de la muerte de Su Predecesor ni tampoco muy pronto luego de ésta. Como en otras ocasiones, se presentarían signos de donde ir a buscar.
Por ejemplo, cuando el cuerpo del Décimo Tercer Dalai Lama fue colocado en el altar con el rostro hacia el sur, su cara giró hacia el este dos veces, y hacia el este del altar un gran hongo brotó en el lado este de una bien labrada columna de madera.
El Regente del Tíbet viajó al sagrado lago de Lhamoe Lhatso, en el cual tibetanos habían tenido visiones del futuro. Allí, entre otras cosas, vieron un monasterio con techos de jade verde y oro y una casa con baldosas turquesa. Una descripción detallada de la visión fue escrita y mantenida en estricto secreto.
En 1938 Altos Lamas y dignatarios fueron enviados por todo el Tíbet para buscar el sitio de la visión. Los que se fueron hacia el este, fueron dirigidos por el Lama Kewtsang Rinpoché del Monasterio Sera.
En Takster ellos encontraron dicho sitio y fueron a la casa con Kewtsang Rinpoché disfrazado como el sirviente y el monje de menor rango vestido como si fuese el líder.
El Rinpoché llevaba colgado un rosario del Décimo Tercer Dalai Lama y el niñito al verlo lo reconoció y le dijo que se lo diera. El prometió dárselo siempre y cuando adivinara quien era él. El niño respondió, «Sera aga» lo que en el dialecto local significaba, «un monje de Sera.»
El niño fue también capaz de decirles quien era el verdadero líder y quien era el sirviente. Luego de muchas otras pruebas realizadas más adelante el Dalai Lama fue entronizado en 1940.
En 1950, a los 15 años de edad, y teniendo todavía que enfrentar nueve años más de intensa educación religiosa, Su Santidad tuvo que asumir el pleno poder político cuando la China invadió al Tíbet.
En 1954 junto con una gran cantidad de dignatarios religiosos y civiles, viajó a Pekín para mantener conversaciones de paz con Mao Tse Tung. Pero la crisis continuó.
En 1956 viajó a la India donde pudo conocer al Primer Ministro Nehru, a quién le solicitó apoyo.
El 10 de Marzo de 1959 Lhasa se sublevó para reafirmar su independencia. Las demostraciones fueron brutalmente reprimidas. Decenas de miles de tibetanos murieron en los bombardeos o fueron encarcelados.
Considerando que la única forma de liberar a su país de la opresión, era que su palabra y su actividad no fueran acalladas, Su Santidad el Dalai Lama cruzó los Himalayas a pie, en un peligroso viaje que lo Llevó al asilo en India.
Desde 1960 reside en Dharamsala, y a partir de entonces no ha cesado de efectuar Llamamientos a la ONU y ante numerosos foros internacionales sobre la real condición tibetana.
Esto ha generado diversas resoluciones y expresiones de apoyo, demandando respeto por los derechos humanos de los tibetanos, por su cultura y autodeterminación.
Desde entonces ha vivido a los pies de los Himalayas en Dharamsala, India, el asiento del Gobierno Tibetano en exilio, una democracia constitucional desde 1963.
En Lhasa, la mítica capital del Tíbet, comenzó sus estudios, y a los 25 años logró su doctorado en filosofía budista.
Dharamsala, felizmente conocida como La Pequeña Lhasa posee también instituciones culturales y educativas y sirve de «Capital en Exilio» de 130.000 refugiados tibetanos que viven principalmente en la India. Otros viven en el Nepal, en Suiza, en el Reino Unido, en Los Estados Unidos, en el Canadá y otros 30 países.
En la pasada década El Dalai lama trató de abrir puertas al diálogo con los chinos.
El propuso un Plan de Paz de Cinco Puntos en 1987-1988 el que estabilizaría toda la región asiática la que ha recibido muchos elogios de hombres de estado y de cuerpos legislativos a lo largo de todo el mundo, pero que los chinos no han todavía entrado a negociar.
Mientras tanto el Décimo Cuarto Dalai Lama a diferencia de su predecesor, quien nunca vino al occidente, continúa con sus viajes a lo largo del mundo, hablando en forma elocuente en favor de una comprensión ecuménica, de la bondad y la compasión, del respeto al medio ambiente, y por encima de todo, acerca de la paz mundial.
Recientemente, los más importantes líderes políticos mundiales, haciéndose eco de la opinión pública internacional, han insistido en que el gobierno de China entable discusiones serias con el Dalai Lama, a fin de terminar con más de cuarenta años de opresión política, religiosa y cultural en el Tíbet.
Siempre abierto e interesado en todos los puntos de vista del pensamiento humano, ha tenido frecuentes encuentros con los Líderes de casi todas las religiones.
Su prédica constante es poner la sabiduría de las religiones al servicio del bien de todos los seres, integrando sus valores a la política o la ciencia. Firme defensor de la no-violencia, el Dalai Lama, quien humildemente suele decir: «soy simplemente un monje budista».
Ha sido distinguido en 1989 con el Premio Nóbel de la Paz por su incesante y pacífica lucha en favor de su pueblo. Es regularmente invitado por discípulos y simpatizantes de todo el mundo.