Práctica sobre el segundo latido o gran corazón
Antes de empezar las prácticas de oración y meditación combinadas, debemos relajar bien el cuerpo.
Acuéstese el discípulo en posición de decúbito dorsal, es decir, tendido de espaldas en el suelo o en una cama, piernas y brazos abiertos a derecha e izquierda, en forma de estrella de cinco puntas.
Esta posición de Estrella Pentagonal es formidable por su honda significación, pero las personas que por alguna circunstancia no pueden meditar en esta posición, entonces que mediten colocando su cuerpo en posición de hombre muerto:
Talones juntos, puntas de los pies abriéndose en forma de abanico, brazos contra los costados sin doblarse, colocados a lo largo del tronco.
Los ojos deben estar cerrados para que las cosas del mundo físico no os distraigan. El sueño combinado con la meditación resulta muy indispensable para el buen éxito de la meditación.
Es necesario tratar de relajar totalmente todos los músculos del cuerpo y luego concentrar la atención en la punta de la nariz, hasta sentir plenamente el pulso del corazón en ese órgano del olfato, luego seguiremos con la oreja derecha hasta sentir el pulso del corazón en ésta, después continuaremos con la mano derecha, pie derecho, pie izquierdo, mano izquierda, oreja izquierda y nariz nuevamente, sintiendo plenamente el pulso del corazón por separado en cada uno de estos órganos donde hemos fijado la atención.
El control sobre el cuerpo físico comienza con el control sobre el pulso.
El pulso del corazón tranquilo se siente de una vez todo en su totalidad dentro del organismo, pero debemos sentirlo a voluntad en cualquier parte del cuerpo, ya sea la nariz, una oreja, un brazo, un pie, etc.
Está demostrado que, adquiriendo la posibilidad de regular, apresurar o disminuir el pulso, pueden apresurarse o disminuirse los latidos del corazón.
El control sobre las palpitaciones del corazón no puede jamás venir de los músculos del corazón, sino que debe depender del control del pulso. Éste es, fuera de toda duda, el segundo latido o gran corazón.
El control del pulso o control del segundo corazón, se logra totalmente mediante la absoluta relajación de todos los músculos. Mediante la atención podemos acelerar o disminuir las pulsaciones del segundo corazón y los latidos del primer corazón.
El Samadhi, el Éxtasis, el Satori, se suceden siempre con pulsaciones muy lentas, y en el Maha-Samadhi las pulsaciones terminan.
Durante el Samadhi, la esencia, el buddhata, se escapa de la personalidad, entonces se fusiona con el ser y viene la experiencia de lo real en el vacío iluminador.
Sólo en ausencia del yo podemos platicar con el Padre, el Brahma. Orad y meditad, para que podamos escuchar la voz del silencio.
(Astrología Hermética).
Durante este signo de Leo debemos practicar especialmente la meditación interna más debemos dominar totalmente el potro de la mente. Debemos controlar toda reacción de la mente ante las cosas y sonidos del mundo físico y del mundo interior.
Durante este signo de Leo, vocalizad diariamente la vocal “O” para despertar el chacra del corazón.
(Curso Zodiacal).