Práctica con los Chacras
Al igual que hicimos en años anteriores, aquí entregamos diversas prácticas esotéricas para que todos podamos beneficiarnos, mediante la experiencia directa, de los secretos que posee la doctrina gnóstica, legada por los Maestros Samael Aun Weor y Litelantes.
Las creencias son sólo eso, creencias. La realidad excepcionalmente suele coincidir con la creencia, por eso, a nosotros nos debe interesar solamente la verdad, y ella vendrá con la comprobación. Para ello debemos estudiar y, sobre todo, practicar la doctrina gnóstica.
La verdad obtenida mediante la experimentación, nos da la fuerza y la fe suficiente para seguir hollando la senda del camino iniciático, a pesar de las vicisitudes de la vida cotidiana.
El sabio refugiado en su interior no tiene más motivación que hallar la razón de su existencia, mientras, vive en armonía con las gentes y con todo aquello que le rodea, incluido el espacio estrellado de la noches de verano.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, se entregan varias prácticas para que escojamos las que más nos gusten, las que más nos atraigan. Ejecutémoslas con calma, sin ansiedad ni codicia de poderes, y pronto obtendremos resultados concretos.
Lo primero que notaremos será un cambio notable en la claridad y contenido de nuestros sueños, y tal vez logremos que esa refulgencia se convierta en conciencia en planos superiores de la naturaleza.
“Nihili est qui nihil amat”
(«Nada es (o vale) quien nada ama»)
1.- Práctica para hacer vibrar los chacras
MANTRAMS: “IN – EN – ON – UN – AN”
COMENTARIO DEL MAESTRO SAMAEL:
La clave de «Pranava», o ciencia de los mantrams, se halla en la conciencia. Las ondas de la conciencia nutren a la mente, por lo que debemos sentir los «mantrams», pues todo su poder reside en las funciones superlativas de la conciencia. La mente es tan sólo un instrumento de la conciencia, y por ende, antes de vocalizar los mantrams, debemos vivirlos mediante la conciencia mística.
PRÁCTICA:
Se vocalizarán una hora diaria, así:
IIIIIIIIINNNNNNN
EEEEEEEEEENNNNNNN
OOOOOOOOONNNNNNN
UUUUUUUUUNNNNNNN
AAAAAAAAANNNNNNNN
Las cinco vocales I, E, O, U, A hacen vibrar los chacras, discos o ruedas magnéticas de nuestro cuerpo astral, transmutando con ellos los Tatwas en hormonas, pues cada chacra es un regulador de nuestras glándulas endocrinas. Estas son para el organismo humano verdaderos laboratorios biogenéticos, cuya misión es transmutar los Tatwas en hormonas.
Una hora diaria de vocalización, vale más que leer mil libros de teosofía oriental. La vocalización verdadera está íntimamente relacionada con la técnica de meditación.
La sílaba IN se relaciona con el Tatwa Tejas (el principio del Fuego). La sílaba IN hace vibrar las glándulas hipófisis y epífisis y se adquiere el sexto sentido llamado clarividencia.
La sílaba EN se relaciona con la mente cósmica, de la cual nuestro cuerpo mental es tan sólo un fragmento. La sílaba EN hace vibrar la glándula tiroides y los átomos del cuerpo mental y el hombre adquiere el oído oculto y la clarividencia del cuerpo mental.
La sílaba ON se relaciona con «Atman-Buddhi», el mundo puramente espiritual, que es la patria del ÍNTIMO. La sílaba ON hace vibrar nuestra conciencia mística «Búdica» o intuicional.
La sílaba UN se relaciona con la gran matriz universal, el Archeus de los griegos, la luz astral de los cabalistas, la Súper-Alma.
La sílaba AN se relaciona con el Tatwa Vayu (el principio del movimiento).
Todos anhelamos la liberación, todos poseemos ese anhelo llamado en Oriente «Budhagama», encerrado en el «Dhammapada, que es legítimamente «Bodhimanda», la base fundamental del saber. Todo Purusa (el ÍNTIMO) desea que su alma siga el sendero de la liberación «Dhamma». La doctrina del corazón es «Buda», la conciencia crística.
Este vehículo de conciencia crística tiene su chacra en el corazón, y al vocalizar internamente la sílaba ON, meditando en su profundo significado, se produce el despertar de la conciencia mística, y entonces el alma adquiere el poder de funcionar en sus vehículos superiores independientemente del cuerpo físico.
El despertar de la conciencia (Buda), se expresa como el ojo «Dangma», la INTUICIÓN, que nos permite «saber» sin necesidad de razonar.