Las presentes prácticas místicas, tienen como finalidad el contacto con esa parte de nuestro Espíritu de vida que es la Divina Madre Interior. Recordemos que no estamos solos, que nuestro Real Ser siempre estará con nosotros.
Meditación en la Divina Madre: Práctica I
Acostaos en vuestro lecho boca arriba con el cuerpo bien relajado.
Adormeceos meditando en la Serpiente Sagrada que está en el Chacra Coxígeo.
Orad con todo vuestro corazón meditando en la siguiente plegaria de un sagrado ritual:
“Sé tú, oh Hadith, mi secreto, el misterio gnóstico de mi Ser, el punto céntrico de mi conexión, mi corazón mismo; y florece en mis labios fecundos, hecha verbo.
Allá arriba, en los cielos infinitos, en la altura profunda de lo desconocido, el resplandor incesante de la luz es la desnuda belleza de NUT.
La alada esfera y el azul del cielo, son míos”
O – AO – KAKOF – NA – KHONSA
(Este Mantram se debe pronunciar completo tres veces, inhalando profundamente y al exhalar el aire vocalizar la parte correspondiente).
Estos mantrams, tienen el poder de trasmutar las energías en luz y fuego dentro del laboratorio alquimista del organismo humano.
La oración con sus mantrams es una clave omnipotente para meditar en nuestra Divina Madre.
Meditación en la Divina Madre: Práctica II
Debemos aprender a orar y meditar intensamente.
La Madre Divina enseña a sus hijos, ella es la gran educadora del Iniciado gnóstico.
Esta meditación en la Divina Madre debe hacerse combinando la meditación con el sueño.
Entonces como en visión de sueño, surge la iluminación.
Es en ese punto cuando llega el contacto con la Madre Divina para instruirnos en los grandes misterios.
Práctica.
Es necesario adormecernos meditando en la Serpiente Sagrada, la Divina Madre, que está en el chacra coxígeo. Oremos con todo nuestro corazón meditando en la siguiente plegaría:
“Oh Isis, Madre del cosmos, raíz del amor, tronco, capullo, hoja, flor y semilla de todo cuanto existe.
A ti, fuerza naturalizante, te conjuramos. Llamamos a la Reina del Espacio y de la noche.
Y besando sus ojos amorosos, bebiendo el rocío de sus labios, respirando el dulce aroma de su cuerpo, exclamamos: Oh, NUT.
Tú, eterna seidad del cielo, que eres el alma primordial, que eres lo que fue y lo que será.
Isis, a quien ningún mortal ha levantado el Velo.
Cuando Tú estés bajo las estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto, con pureza de corazón y en la flama de la serpiente te llamamos.”
A continuación el mantram RAM – IO (Se debe pronunciar completo tres veces, inhalando profundamente y al exhalar el aire vocalizar el mantram correspondiente).
Estos mantrams, tienen el poder de trasmutar las energías en luz y fuego dentro del laboratorio alquimista del organismo humano.
La oración con sus mantrams es una clave omnipotente para meditar en nuestra Madre Divina.