Los cuencos tibetanos
Los cuencos cantarines también llamados “Cuencos Sanadores” tienen su origen alrededor del año 2.000 antes de Cristo, y se han encontrado en Mongolia, Tagoo, India, China, Jala Tarang, Kashmir, Noot, Ghatam y en todas las regiones del Himalaya.
Están hechos de una aleación de los siete metales sagrados de la antigüedad, que se corresponden astrológicamente con los siete planetas que según la tradición ejercen mayor influencia sobre el planeta Tierra. Estos siete metales son oro del Sol; plata de la Luna, mercurio de Mercurio, cobre de Venus, hierro de Marte, estaño de Júpiter y plomo de Saturno.
La forma, la profundidad, el color, el grosor (el cinturón), y la anchura de los cuencos son variables, y por eso crean una gama de sonidos y tonos diferentes.
Los cuencos cantarines pueden ser usados como recipiente de cocina, para presentar la comida, como instrumento musical y para la meditación o la relajación.
La ciencia ha confirmado que la música como forma organizada del sonido, puede afectar directamente el ánimo, a las ondas cerebrales, al sistema nervioso y a la química del cuerpo.
La música tiene un papel principal en todas las religiones y tradiciones espirituales del mundo. La música también se aplica para mejorar la digestión, producir sueño y tratar las alteraciones emocionales.
Los cuencos tienen doble efecto con sonido y vibración. Las vibraciones de los cuencos cantarines estimulan el cuerpo produciendo su propia frecuencia de armonía y hace aumentar las ondas alfa, que son las que aparecen en el cerebro mientras estamos en estado de profunda relajación.
Los cuencos cantarines con sus diferentes tamaños, son utilizados para limpiar las atmósferas de las energías negativas y de las bajas emociones, tanto de nuestro interior como de alrededor de nosotros.
Mucha gente se siente aliviada y limpia en su espíritu después de escuchar el sonido de los cuencos cantarines. Como dicen algunos: «El tiempo se para»- sintiendo la paz, y la relajación más profunda en las partes doloridas de su cuerpo, o incluso llegan a ponerse en contacto con sensaciones y pensamientos que van más allá de los que se tienen cotidianamente.
Se dice que los renombrados Lamas Tibetanos Maestros del Sonido, usan los Cuencos Cantarines en rituales secretos. Ellos llegan a viajar fuera de su cuerpo con el poder de su sonido.
Los cuencos cantarines son usados también como recipiente lleno de agua y sal, para de esta forma limpiar y cargar piedras semipreciosas, minerales, amuletos…
Puedes usarlo para conciliar mejor el sueño, e incluso comer o beber en él para potenciar los efectos curativos de la comida y para protegerte de enfermedades.
Hay una conexión entre los cuencos y la terapia musical y la medicina tradicional de la India (Ayurveda). En estos cuencos comen las mujeres embarazadas de Nepal. También son usados para restaurar las pérdidas de minerales en el organismo.
Los cuencos tibetanos de origen Nepalí se usan por el pueblo Newari durante su ritual de “la ceremonia del fuego”.
Las técnicas básicas para tocar los cuencos son cinco: latido, circulando, rotando, añadiendo agua y añadiendo rellenos que no dan apenas tonos…
Las siete fases para una completa relajación es el plácido tratamiento de: 1.La cabeza; 2.Los brazos; 3.La nuca, cara y garganta; 4.La espalda; 5.El abdomen; 6.La cara; 7.Cuello.
Los efectos de la relajación con los cuencos cantarines son:
*Ascenso de balance energético.
*Reducción del estrés y sus emociones negativas
*Reducción de tensiones
*Ampliación de la creatividad y la imaginación.
*Elevar fuerzas vitales.
*Balancear los hemisferios del cerebro.
*Ayudando armonizar cuerpo, espíritu y alma
*Otorgando un estado de serenidad y de magnetismo personal…