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La actitud del moribundo

La actitud del moribundo

Jikme Tenpe Nyima (tercer Dodrupchen)

Sería necesario que te prepararas para la muerte, antes de que te llegue la hora final.

Hay muchos aspectos que considerar, pero no abundaré en muchos detalles. En resumen, entonces, esto es lo que deberías hacer cuando se acerque la hora de la muerte.

Piensa para ti mismo, una y otra vez:

“En última instancia, la muerte llega, más temprano o más tarde, no hay otra alternativa sino abandonar este cuerpo y todas mis posesiones. Así es para todo el mundo.”

Meditando en este pensamiento, corta totalmente con los lazos del deseo y el apego.

Confiesa todas las acciones dañinas que hayas cometido en esta vida y en todas tus otras vidas, así como cualquier caída o ruptura de votos en que puedas haber incurrido, deliberadamente o de un modo involuntario, y haz propósito, repetidamente, de que jamás actuarás de esa forma en el futuro.

No te sientas nervioso o temeroso por la muerte.

Trata más bien de elevar tu ánimo y cultiva un claro sentido de alegría, trayendo a la mente todas las cosas positivas y virtuosas que hayas hecho. Sin sentir ningún asomo de orgullo o arrogancia, agradece tus logros una y otra vez.

Dedica todos tus méritos y haz repetidas plegarias de aspiración, para que en todas tus vidas futuras puedas ser capaz de tomar seriamente el camino del vehículo supremo, con la guía de un amigo espiritual y virtuoso, y seas acompañado por cualidades tales como fe, diligencia, sabiduría y rectitud; en otras palabras, que nazcas en las circunstancias más perfectas, tanto externas como internas.

Reza también para que nunca caigas bajo la influencia de compañías perversas o emociones destructivas.

Los textos del Vinaya explican que una de las causas principales para conseguir una forma superior de renacimiento, como una que conduzca a una vida disciplinada en presencia del Buda, por ejemplo, es hacer oraciones y tener elevadas aspiraciones en el momento de la muerte.

Por eso se dice que todos los pensamientos en los instantes de la muerte y aquellos con los que nos hemos familiarizado más en la vida tendrán una gran influencia a la hora de determinar nuestro renacimiento.

A cualquier aspiración que formules debes darle un ímpetu adicional haciendo propósitos específicos tales como éste:

“¡En todas mis vidas, haré todo lo posible para instruirme en el camino de la vacuidad con la compasión como esencia!”

Para apreciar la importancia de esto, considera cuánto más efectivo es decirte a ti mismo con fuerza: “¡Me despertaré temprano por la mañana!”, que simplemente formular la aspiración: “Mañana puedo despertarme temprano”.

A fin de lograr todas las plegarias que hayas hecho, es muy beneficioso, en la hora final, confiarte a un maestro de poder espiritual.

Por tanto, trae a la mente a aquel por quien sientas la más grande devoción, o hacia quien sientas la conexión más profunda a través de tu práctica, ya sea el gran y glorioso maestro de Oddiyana, gurú Rinpoche, o el noble Avalokiteshvara, el señor del mundo y, con la confianza plena de que él o ella es la encarnación de todas los refugios, reza concentradamente para el logro de tus aspiraciones.

En el momento propiamente dicho de la muerte será difícil reunir la suficiente fuerza mental como para meditar sobre algo nuevo o desconocido, por lo cual debes escoger una meditación apropiada de antemano y adiestrarte para estar familiarizado con ella.

Entonces, cuando mueras, deberías dedicar tus pensamientos a la meditación, ya sea recordando al Buda, concentrándote en el sentimiento de compasión, cultivando la perspectiva de shunyata, o recordando el Dharma o la Sangha.

Para que esto ocurra exitosamente, también es importante que te adiestres de antemano en el pensamiento:

“A partir de ahora, mientras atravieso esta coyuntura crítica del instante de la muerte, no permitiré que ningún pensamiento negativo entren en mi mente”.

Los santos del pasado tenían este dicho:

“Una sola acción virtuosa de un solo día realizada con claridad mental es mejor que muchas actividades virtuosas hechas con una mente embotada y nublada”.

Si practicas todo esto con una actitud de inspiración y júbilo, será mucho más efectivo.