I.- Introducción
Gibran Khalil Gibran, no fue solamente un hombre genial en la literatura árabe moderna, sino también en la literatura universal. Fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés nacido en Bisharri, Líbano, el 6 de enero de 1883 y fallecido el 10 de abril de 1931.
La ortografía de su nombre más conocida, procede de la transcripción inglesa del original árabe: Khalil Gibran. La transliteración correcta en español más utilizada en publicaciones especializadas, es Yibrán Jalil Yibrán o Yubrán Jalil Yubrán y Gibran Jalil Gibran.
Dejó obras literarias de gran valor, en árabe y en inglés. Sus reflexiones y su poesía se han traducido a más de veinte idiomas. Su habilidad para el dibujo y la pintura lo llevó a crear obras tan importantes que se exhibieron en varias partes del mundo y llegaron a compararse con trabajos de Auguste Rodin o William Blake.
El Profeta, la más inmortal de sus obras, fue traducida a un sin fin de lenguas; es un suceso literario y está considerada como una obra fundamental del siglo XX. Tanto ésta, como sus otros libros de poesía, están ilustrados con sus místicos dibujos.
Entre las genialidades de Gibran, se resalta la rareza de un autor que ha logrado y ha mantenido renombre dentro de dos culturas, desafiando magistralmente la escritura en dos lenguas tan diferentes como la árabe y la inglesa.
Habló sobre el hombre, de su vida, de su pensamiento; expresó sus deseos, sus sufrimientos y profundizó en el mundo visible e invisible.
Además, en sus obras, ha sabido apoyar, lo mejor del cristianismo y lo mejor del Islam, siendo respetado tanto en Oriente como en Occidente.
Transcurridos 50 años de su desaparición en 1981, la UNESCO, organizó homenajes en su nombre en Beirut, París y Nueva York, como testimonio de su recuerdo inmortal y como gratitud a su obra literaria y humana.
La principal fuente de información, ha sido el trabajo monográfico de la Doctora Brenda L. Cabrera, publicado en el año 1981 por el Departamento de Filología Clásica, Cátedra de Lengua y Literatura Árabe, de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República de Uruguay.
II.- Su vida
Para conocer a un autor, no solo hay que contemplar su obra, sino también, su vida y su época, los hechos que conformaron momentos, los que provocaron estados anímicos y estos, sus consecuentes palabras, actitudes, juicios y reflexiones, elementos que llevan al porqué de lo que Gibran quiso transmitirnos.
En el año 1517, los turcos conquistaron Siria y usurparon el Califato Islámico estableciéndose en Estambul. Los sultanes ejercían el mando terrenal y religioso por lo que los turcos se empeñaron en liquidar la lengua árabe y todo lo que se opusiera a su dominio.
Desde entonces, los habitantes vivían sometidos al abuso y al despotismo. Comenzaron las persecuciones, principalmente a los intelectuales árabes; escritores, poetas, filósofos, etc. Las letras se apagaron en su esplendor, la literatura y la poesía sucumbieron.
Por otra parte, cuando en 1790, tiene lugar la Revolución Francesa, entre otros acontecimientos, se produce la expulsión de los jesuitas de Francia. Gran parte de estos religiosos, se refugiaron en el Líbano, y es así como a través de ellos, se propagó la lengua y la historia de Occidente.
En este clima de represión intelectual y estrangulamiento económico, se produce un fenómeno general a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX: la emigración hacia las Américas. Es en este contexto, donde comienza la vida de nuestro personaje.
Haciendo una cronología de los hechos más destacados de su vida podemos mencionar los siguientes:
1883. 6 de enero: Viene a este mundo en la ciudad de Bisharri, al norte de Beirut, cerca del valle Quadisha, conocido por su inigualable belleza y rodeado por montañas que por centurias estuvieron cubiertas de cedros. Ellos son llamados Cedros de Dios. Actualmente, los bosques cerca de la casa de Gibran son llamados Los Cedros Sagrados.
Nace en el seno de una familia cristiana Maronita modesta, en la que destacaba una madre cariñosa cuyo afecto y recuerdo guardó hasta el fin de sus días.
Fue bautizado por su abuelo, cura Maronita, en los ritos sirios o arameos según la tradición árabe, primero con el nombre de su abuelo, Gibran, que significa “consolador de almas” y luego con el de su padre Khalil, que significa “el escogido, el amigo amado”.
Era el segundo de cuatro hermanos, vivió con ellos hasta los 11 años, hasta que emigra con su familia a los Estados Unidos.
Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas, su abuelo materno, acerca del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura.
A la edad de cinco años, fue enviado a la escuela bajo los auspicios de la Iglesia Maronita. Cuando tenía once años, había memorizado todos los salmos.
Los datos más acusados de su personalidad de niño fueron su tranquilidad, sensibilidad y su afición al dibujo.
Gibran, paso su niñez leyendo acerca de los dioses pasados; sobre la historia de los cedros y de cómo ellos fueron usados en los palacios de los emperadores de Siria y Babilonia, en los templos de Jerusalén, en los barcos fenicios y en los ataúdes de los faraones egipcios.
Dicen que cuando niño, rehuía siempre la compañía de sus amigos y vecinos para andar solo, peregrinando por los campos, en amistad con las aves y las flores, entregado a la lectura y la meditación.
Cuando dejaba el libro, dibujaba sobre cualquier papel o pared y cuando se conseguía llamar su atención, hablaba de cosas tan extrañas que los chicos terminaban por aburrirse y dejarlo. Lo apodaban el “loco”.
1895. Debiendo abandonar todo esto, emigra a los Estados Unidos con su madre, Kamile Rahme (que fallece en 1903) y sus hermanos, para huir de la pobreza, la incomunicación social y el recelo religioso.
En Boston, donde la familia reside en un barrio miserable, Gibran estudia en la escuela pública. Las diferencias entre ambos ambientes, el recuerdo de su pueblo natal, deben haber producido un choque emocional en un niño ya bastante sensible como él.
1898. Regresa a Beirut con un conocimiento rudimentario del árabe. Pasa 3 años en el célebre colegio Dar al-Hikma (La Sabiduría), fundado por el erudito Obispo José Dibg, aprendiendo árabe y francés.
En este colegio, estudió con el Padre Joseph Haddad, quien ejerció sobre Gibran, una influencia considerable.
Durante el verano, recorrió con su padre, las importantes regiones de Siria, Líbano y Palestina. Visitó lugares históricos como Nazareth, Bethlehem, Jerusalém, Tiro, Sidón, Baalbek, Damasco, Alepo, Palmira entre otros, lugares que luego se verían reflejados en sus obras.
1901. Vuelve a Washington, pasando por París.
1902. Viaja de nuevo a su patria acompañando a una familia americana como guía, pero la enfermedad de algunos parientes determina su regreso a Washington.
En abril de 1902 muere su hermana Sultana, en febrero de 1903, su hermano Pedro y tres meses después, su madre. Todos de tuberculosis. Solo queda su hermana Mariana, que se dedicó a coser, para brindarle lo necesario para vivir.
Desde entonces, sus ojos soñadores y su mente amplia, se poblaron de tristeza y dolor; en su desesperación, se agudizó su espíritu de artista y poeta y trabajó con mayor ahínco para compensar el esfuerzo que habían realizado todos en su familia para que él pudiera estudiar en su tierra natal.
Dada su difícil situación económica, trabaja entonces maquetando portadas de libros y comienza a vender sus dibujos y a llamar la atención como artista.
1904. Expone sin éxito sus dibujos y colabora como corresponsal en el periódico Al-Muhayir, publicado en Nueva York. Es entonces cuando nace su relación casi filantrópica con Mary Haskell, quien le proporcionó el cariño y la ayuda que tanto necesitaba.
En estos momentos, ocurre un incendio que devora todos sus cuadros, es así como desde entonces, lo acompañó la convicción de que el ser humano, no puede sustraerse a su destino; y que todo en su vida, estaba escrito; su nacimiento, su emigración, la muerte de sus familiares, etc. y comienza a creer en la reencarnación.
1905. Publica su primer libro “La Música”, compuesto de poemas místicos en prosa y considerado como su primera obra literaria en lengua árabe.
1906. Publica “Las Ninfas de los Valles”, también en árabe. Esta obra es esencialmente un ataque a las instituciones eclesiásticas entonces existentes, con lo cual, se ganó entre los árabes una fama de escritor revolucionario que rechazaba la tradición y la realidad corrupta que vivía.
1908. Publica “Espíritus Rebeldes”, obra en la que aboga por una espiritualidad, pero atacando a la Iglesia y desenmascarando a los clérigos.
1908-1910. En 1908 viaja a París para estudiar y especializarse en el arte del dibujo. Aunque en estos años se respiraba la corriente cubista que tanto preocupaba y era discutida en los medios europeos de vanguardia, no le influyó lo más mínimo.
Fue entonces, cuando conoció a Auguste Rodin, escultor francés, y leyó mucha literatura europea en general, en particular poetas románticos como William Blake, que ejerció en él gran influencia.
Además, estudió filosofía alemana, concretamente a Nietzsche que le impresionó profundamente aunque de forma pasajera. Después de licenciarse viaja por Roma, Grecia y España.
1911. París le abre las puertas de su Academia de Bellas Artes y en este año gana el Diploma de Honor entre cuatrocientos estudiantes de distintas nacionalidades, lo cual le trajo el nombramiento de miembro de la Academia Francesa de Bellas Artes y de la Academia de Pintores Ingleses.
Sin embargo, en una carta suya, fechada el 19 de enero de 1911 dice; “Mis trabajos toman un camino que conduce a la cima de la montaña; mis pensamientos están sosegados; mi cuerpo goza de todo lo que puede facilitar la salud, pero a pesar de todo esto no estoy contento; mi alma está hambrienta y sedienta, ansiosa de una comida y bebida, que ignoro dónde se encuentra. El alma es una flor sublime que no puede vivir en la sombra”.
Nada más concluir la Conferencia Árabe de París regresa a Boston y funda la sociedad al-Halaga al-Dahabiyya (El eslabón de oro), de carácter político, cuyo objetivo era liberar a los árabes del dominio otomano.
1912. Muere su padre en el Líbano. Comienza con la famosa escritora árabe May Ziyadah, una correspondencia que duró 20 años y concluyó con la muerte de Gibran.
Publica su relato autobiográfico “Las Alas rotas”, obra que fue traducida del árabe por Jorge Adoum (Mago JEFA), lo que probablemente lo dio a conocer en Sur América y países de habla hispana.
Un año después publicó “Al-Mawakib” (Las Caravanas, Los Séquitos o las Comitivas).
1914-1917. Realiza tres exposiciones.
1918. Publica su libro de poemas filosóficos “Los Cortejos” y su primer libro en inglés “The Madman” (El Loco), lo que no impide que siga publicando en árabe.
1919. Publica una colección de dibujos en un libro titulado “Veinte Dibujos”, de estilo simbolista con rasgos románticos.
1920. Se funda, bajo su presidencia, la sociedad literaria Al-Rabitah al-Qalamiyah (La liga literaria), cuya influencia en la literatura árabe fue decisiva. Lentamente se va produciendo el cambio en su situación económica. Comienza a escribir en inglés obteniendo un éxito inesperado.
1921. Publica su primera obra mística de tendencia dramática: “Iram La de las Columnas”.
1923. Publica “Maravillas y Novedades”, un libro de retratos figurados de algunos filósofos y poetas árabes. Ese mismo año publica “El Profeta”, su obra más conocida, que causó y sigue causando un gran impacto.
1926. Publica “Arena y Espuma”, conjunto de máximas y exhortaciones, algunos de cuyos fragmentos recuerdan a Blake tanto en la forma como en el contenido.
Por esta época, se embarca en una aventura financiera en la que pierde todo su dinero. Deja de escribir y se dedica a la pintura para cancelar sus deudas. A pesar de las penalidades económicas que produjeron un desmoronamiento en su salud, continuó escribiendo.
1928. Publica “Jesús Hijo del Hombre”, creación imaginaria de la vida del Mesías, al que concibe como gran milagro del hombre que le enseñó a amar a quienes le odiaban y que le trajo la paz.
Este libro es una materialización del amor que unifica toda la creación. Su correspondencia de esta época, denota un gran cansancio debido a la enfermedad que le abatió, así como a una gran nostalgia de su tierra, aunque creía que podía llevar a cabo en Nueva York una mayor actividad creativa que en el Líbano.
A pesar de que sabía que iba a morir joven no temía a la muerte, sino que la consideraba como una liberación de este mundo cargado de dolor.
1931. 10 de abril: Muere en Nueva York tras publicar “Los Dioses de la Tierra”.
El 21 de agosto del mismo año su cuerpo fue trasladado a Beirut y descansa en la Iglesia de San Sarkis (Bisharri), al pie de los Cedros milenarios.
Sus cuadros y pinturas, que fueron dejados por testamento a Mary Haskell, se hallan en un museo llamado “Museo de Gibran” en su aldea natal Bisharri.
A pesar de haber logrado la tranquilidad material, Gibran se lamentaba: “Yo soy extraño en este mundo, y en mi soledad, siento una melancolía dolorosa, que me induce a pensar siempre en una patria mágica que no conozco y llena mis sueños con espectros de una tierra lejana que nunca vieron mis ojos”.
III.- Su obra
Sus obras literarias han sido traducidas a más de veinte idiomas.
El estilo de Gibran perteneció a una escuela independiente, que pasó a ser considerada como vanguardia del resurgimiento de letras árabes después del aniquilamiento turco. Además, constituye un hecho único que se haya producido fuera de su territorio, en América.
Si bien era una nueva forma, por su naturaleza y por su expresión y se apartaba prudentemente de lo tradicional, conservaba los sistemas clásicos de rima, música y gramática. Era un estilo simple, accesible a todas las clases sociales, pero era una sencillez llena de belleza.
El poeta, pasó la mayor parte de su vida fuera de su tierra natal, pero nunca la olvidó. Escribía en inglés pero pensaba en árabe, por eso se ve en sus obras, a pesar de ser de proyección universal, un tinte oriental.
En sus líneas, se nota un conocimiento profundo del alma humana, una mística fatalista, misteriosa, envuelta en anhelos inalcanzables, característica típica de los orientales.
Para entender la filosofía de Gibran, hay que tener en cuenta además: las biografías que él escribió acerca de algunos filósofos árabes famosos como Avicena, Al´Fared o Al-Gazzali, o las lecturas que pueden haber influido en él de autores tales como: Zoroastro, Confucio, Voltaire, Rousseau, Nietzsche, Jefferson, Emerson, Lincoln, etc.
El poeta Georges Saidh opinaba de Gibran:
“… parecería que tuviera un tercer ojo que ve en la naturaleza lo que los ojos humanos no adivinan, y que poseyera un oído interno que escucha en las murmuraciones de la noche, lo que los oídos humanos no detectan” …
El filósofo libanés Mijail Nuaima dice:
“ … Gibran expuso sus dolores y sus alegrías en tono musical que se nota, en sus frases y en colores que se funden en pensamientos vivos y nostalgia palpitante, y líneas que parecen escaleras que bajan a lo más hondo del corazón humano y vuelven a subir hacia el trono de Dios, existente en el corazón de cada persona”…
Sus obras en orden cronológico son las siguientes:
• La Música (1905)
• Las Ninfas de las Praderas (1906)
• Espíritus rebeldes (1908)
• Las Alas rotas (1912)
• Lágrimas y sonrisas (1914)
• La procesión (1918)
• El loco (1918)
• La tempestad (Entre noche y día) (1920)
• El Precursor (1920)
• El profeta (1923)
• Lázaro y su amada (1925)
• Arena y espuma (1926)
• Jesús, el Hijo del Hombre (1928)
• El precursor (1929)
• Los dioses de la tierra (1931)
Obras póstumas
• El vagabundo (1932)
• El jardín del Profeta (1933)
• Ninfas del valle (1948)
• La voz del maestro (1959)
• Autorretrato (1960)
• Pensamientos y meditaciones (1961)
• Dichos espirituales (1963)
IV.- El profeta
Así como su libro “Las Alas Rotas”, uno de sus primeros trabajos, es considerada su mejor obra escrita en árabe, “el Profeta” es considerado su mejor trabajo en inglés.
Según se dice, siendo estudiante en Beirut, realizó su primer borrador, abandonándolo luego, por no considerarse lo suficientemente maduro como para realizar esta obra de singular magnitud. Es recién en 1923, casi veinte años después, que por fin se publica.
En él, condensó sus pensamientos liberados de ataduras terrenales, explicando al ser humano, su mejor manera de amar, reír, llorar, vivir, trabajar, etc. escrito todo en un estilo de rebosante hermosura.
Gibran, trata de impulsar al lector a cambiar su forma de vida basándose principalmente en llevarla de una forma equilibrada con respecto a la divinidad, obteniendo así la paz interior.
Para Gibran, los obstáculos y vicisitudes del mundo son solo pruebas que permiten al hombre evolucionar y avanzar por el camino hacia la purificación, así nos demuestra que el mundo será mejor cuando los hombres sean capaces de acercarse y convivir.
El libro
La obra cuenta con más de veinticinco temas que engloban el pensamiento del autor: el amor, el matrimonio, los hijos, el don, comer y beber, trabajo, alegría y tristeza, casas, vestidos, comprar y vender, crimen y castigo, leyes, libertad, razón y pasión, dolor, autoconocimiento, enseñanza, amistad, palabra, tiempo, bien y mal, oración, placer, belleza, religión, muerte.
Los diálogos entre El Profeta y su pueblo se desarrollan en la ciudad de Orphalese, en el monte que queda fuera de la ciudad. Esto ocurre a los doce años de estar viviendo en la ciudad de Orphalese, en el séptimo día de Ieul, mes de las cosechas.
De estos temas, solo se expondrán algunos, como muestra de la genialidad del autor.
Todo comentario, leyendo el texto, se hace innecesario y quedará para la libre interpretación de cada lector.
Personajes que participan en la obra
Principales
• El Profeta, llamado Al-Mustafá, El Elegido, El Bien Amado
Secundarios
• El pueblo de Orphalese
• Almitra, la vidente
• Una mujer que llevaba un niño en brazos
• Un hombre rico
• Un viejo posadero
• Un labrador
• Una mujer
• Un albañil
• Un tejedor
• Un comerciante
• Jueces
• Un abogado
• Un orador
• La Sacerdotisa
• Un hombre
• Un profesor
• Un adolescente
• Un literato
• Un astrónomo
• Ancianos
• Un ermitaño que visita la ciudad una vez por año
• Un poeta
• Un anciano sacerdote
Almitra, una vidente del pueblo le dice: …“Revélanos ahora a nosotros mismos y dinos todo lo que se te ha descubierto sobre cuánto hay entre el nacimiento y la muerte”…
El Profeta responde: …“Pueblo de Orphalese, ¿de qué podría hablar sino de aquello que ahora conmueve vuestras almas?”
Sobre el amor
Entonces dijo Almitra: “Háblanos del amor”
Y Él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo:
Cuando el amor os llame, seguidle, aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él, aunque la espada oculta en su plumaje pueda heriros.
Y cuando os hable, creed en él, aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva. Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja. Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles, y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.
Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y salgáis de la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no todas vuestras lágrimas.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
Cuando améis no debéis decir «Dios está en mi corazón», sino más bien «estoy en el corazón de Dios».
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor, porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.
Sobre los hijos
Una mujer que llevaba un niño en sus brazos le dijo: «Maestro, háblanos de los hijos»
Y Él respondió:
Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de la llamada de la vida a sí misma.
Vienen a través vuestro, pero no de vosotros y aunque estén con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestro pensamiento, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os será dado visitar.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no intentéis hacerlos a ellos como a vosotros, ya que la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Sois los arcos por los que vuestros hijos, cual flechas vivas, son lanzados.
El arquero ve el blanco en el camino del infinito, y Él, con su poder, os tenderá para que sus flechas puedan volar rápidas y lejos.
Que la tensión que os causa la mano del arquero, sea vuestro gozo, ya que así, como Él ama la flecha que vuela, ama también, el arco que permanece inmóvil.
Sobre el dar
Entonces un hombre rico dijo: Háblanos del Don.
Y Él respondió:
No dais sino poco cuando dais de vuestras posesiones.
Es cuando dais de vosotros mismos que realmente dais.
Porque, qué son vuestras posesiones sino cosas que conserváis y defendéis por temor a necesitarlas mañana?
Y mañana, qué puede traer el mañana al perro en demasía prudente que entierra huesos en la arena sin dejar huellas mientras sigue a los peregrinos hacia la ciudad sagrada?
Y qué es el temor de necesitar, sino la necesidad misma?
No es temer la sed cuando vuestra fuente está llena, la sed que es inexistente?
Hay quienes dan poco de lo mucho que tienen, y lo dan para reconocimiento, y su oculto deseo hace sus dádivas insanas.
Y hay quienes tienen poco y lo dan todo.
Estos son los que creen en la Vida y en la generosidad de la Vida, y su cofre nunca está vacío.
Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su recompensa.
Y hay quienes dan con dolor y ese dolor es su bautismo.
Y hay quienes dan y no conocen la pena de dar, ni buscan alegría, ni dan con preocupación de virtud.
Dan, como en el valle lejano el mirto exhala su fragancia, en el espacio.
A través de las manos de los que son como éstos, habla Dios, desde tras sus ojos, Él sonríe sobre la tierra.
Es bueno dar cuando se os pide, pero es mejor dar cuando no se os pide, por compresión;
Y para el dadivoso, el buscar a aquel que pueda recibir, es gozo mayor que el dar.
Y hay algo que quisierais retener?
Todo lo que tenéis deberá ser dado algún día;
Por lo tanto, dad ahora a fin que la época de dar sea vuestra y no de vuestros herederos,
A menudo decís: «Yo daría pero solo al que lo merece».
Los árboles de vuestro huerto no dicen así, ni los rebaños de vuestros campos.
Ellos dan para poder vivir porque retener es perecer.
Seguramente, que aquel que es merecedor de recibir sus días y sus noches, es merecedor de todo lo demás de ti.
Y aquel que merece beber del océano de la vida, merece llenar su copa en vuestra pequeña corriente.
Y quién sois vosotros para que los hombres deban abrir su pecho y develar su orgullo a fin de que podáis ver su valer desnudo y su orgullo no envilecido?
Ved primero que vosotros mismos merezcáis ser dadores y un instrumento del dar.
Porque en verdad, es la vida la que da a la vida; mientras vosotros que os creéis dadores, no sois sino testigos.
Y vosotros los que recibís, – y todos reciben- no asumáis el peso de la gratitud a menos que pongáis un yugo sobre vosotros mismos y sobre aquel que da.
Más bien elevaos junto con el dador sobre sus dones como sobre alas;
Porque preocuparos en demasía de vuestra deuda, es dudar de su generosidad que tiene a la tierra magnánima por madre, y por padre a Dios.
El Adiós
Al hacerse ya de noche, Almitra dijo: Bendito sea este día, este lugar y tu espíritu que nos ha hablado.
Y Él respondió: ¿Fui yo realmente quien habló?
Entonces, cuando llegó su navío, subió a cubierta y mirando nuevamente a la multitud les dijo: …Breves fueron mis días entre vosotros, y más breves aún las palabras que pronuncié.
….Yo vine a tomar de vuestra sabiduría. Y hallé algo que es superior a la sabiduría:
«Un espíritu de fuego que está en vosotros y se alimenta de sí mismo y que crece constantemente.»
Adiós, pueblo de Orphalese el día ha tocado a su fin.
Diciendo esto, hizo una señal a los marinos y ellos remaron hacia el este, y un grito de la multitud de un solo corazón, cual dolorosa llamada de trompeta se escuchó.
Solamente Almitra permaneció silenciosa, recordando en su corazón las últimas palabras de Al-Mustafá:
«Sólo un instante más, un momento de reposo en el viento, y otra mujer me concebirá.»
Una última reflexión
La obra de Gibran, fue un toque de alerta que despertó sentimientos y mentes, indicando a la humanidad, el sendero a seguir a pesar de los obstáculos.
Se adelantó a sus colegas y compatriotas, al comprender que su misión no era solo escribir artículos bellos, sino también, beneficiar a sus semejantes con su talento y genialidad, tratando de enaltecer la condición humana.
Gibran aparece con un estilo suave, dócil, apacible, con ideas renovadoras, bregando contra una vida excesivamente disminuida y materialista, propiciando la expansión espiritual, el retorno a la naturaleza, levantando como modelo de convivencia la sencillez, la sinceridad, la fraternidad, la bondad, la búsqueda de valores eternos.
Sus temas, de un interés humano universal, aparecen como testimonios que liberan el espíritu de las sensaciones de vacío y de falta de significados vitales. Son auténticos tesoros que el autor ha encontrado en sus silencios y que nos devuelven el entusiasmo de descubrir nuestros propios valores.
V.- Algunas citas de Gibran
Cierta vez un hombre desenterró una estatua de mármol de gran belleza. Se la llevó a un coleccionista que amaba todas las cosas bellas y se la ofreció en venta. El coleccionista la compró a un precio elevado y se retiraron. Cuando el hombre fue a su casa con su dinero, pensó y se dijo a sí mismo:
“¡Cuanta vida significa este dinero!, ¿Cómo puede alguien dar todo esto por una piedra muerta, esculpida, enterrada en la tierra durante mil años?”
Y el coleccionista contemplaba la estatua y se decía: “Qué hermosa, cuanta vida! El sueño de una gran alma y fresca con el dulce sueño de mil años! ¿Cómo puede alguien dar todo a cambio de dinero, muerte y sordidez?”
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«En ningún caso cambiaría las risas de mi corazón por las riquezas de las multitudes; ni me contentaría con convertir en quietud a las lágrimas de mi agonía interior.
Es mi ferviente deseo que toda mi vida en esta tierra sea por siempre de lágrimas y sonrisas. Las lágrimas que purifican mi corazón y me revelan el secreto de la vida y sus misterios. La risa que me acerca a mis prójimos. Las lágrimas que me unen a los desdichados. La risa que simboliza la dicha de mi propio Ser.»
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Algunas frases de Gibran
• “Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida»
• «Puedes olvidar a aquél con el que has reído pero no a aquél con el que has llorado»
• «Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes»
• «Cuando la tristeza funde a dos corazones, ni la gloria ni la felicidad será capaz de destruir esa unión»
• «Las lágrimas son un fuego que purifica el amor, haciéndolo nítido y hermoso por una eternidad»
• «En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente»
• «Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes»
• «No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir»
• «Para entender el corazón y la mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho, no te fijes en lo que ha logrado, sino en lo que aspira a hacer»
• «No progresas mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por lograr lo que aún queda por hacer»
• «Y en mi locura encontré la libertad y la seguridad que da el que no le entiendan a uno, pues quienes nos comprenden esclavizan algo de nosotros»
• «¿Dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los hábitos y los deseos?»
• «Del hablador he aprendido a callar, del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros»
• «Dios no escucha vuestras palabras, salvo cuando él mismo las profiere a través de vuestros labios»
• «Es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os consideráis donantes, no sois más que testigos»
• «Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad»
• «El ruiseñor se niega a anidar en la jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría»
• «Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara»
• «Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto»
• «La traducción un arte en sí mismo; es el proceso de re-creación donde se transforma la magia de un idioma a la magia de otro.»
• «Trabajar con amor es tejer la tela con hilos sacados de nuestro corazón, como si nuestra amada debiera cubrirse con esa tela»
• «Si hacéis el pan con indiferencia, hacéis un pan amargo que no apacigua sino a medias el hambre del hombre.»