Toda su vida fue una búsqueda espiritual incesante. Y de estas experiencias obtuvo la fuerza necesaria para dedicarse a la política y por medio de la no-violencia (A-himsa) consiguió derrotar al poderoso y arrogante pueblo inglés y sacar de la esclavitud a toda una nación, la India.
Nunca le gustó el título de «Mahatma» (Alma Grande), con frecuencia le causó pesar y nunca sirvió para halagar su vanidad, ya que él mismo reflexionaba en sus limitaciones. Tenía un solo objetivo, una sola meta:
«… LO QUE QUIERO ALCANZAR, EN LO QUE ME HE ESTADO ESFORZANDO EN ESTOS ÚLTIMOS 30 AÑOS ES EL PERFECCIONAMIENTO DE MI MISMO, PARA MIRAR A DIOS CARA A CARA, PARA ALCANZAR EL MOKSHA (SALIRSE DE LA LEY DEL ETERNO RETORNO)…»
Perseguía este fin para bien de los demás, el creía que lo que un hombre puede conseguir, lo pueden lograr todos. Por eso publicaba todos sus logros, no para enorgullecerse sino para que sirvieran a la humanidad. Guardándose para si mismo y para su Ser las experiencias más íntimas.
En sus libros, relataba solamente aquello que pudiera ser comprendido por niños y ancianos, escribía para todos los niveles y para todas las edades.
Gandhi revisaba sus actuaciones constantemente, buscándose asimismo, examinando y analizando cada situación psicológica, consiguiendo unos resultados que aplicaba posteriormente en sus actos, que tenían que satisfacer no solo a su razón, sino también su corazón.
Toda su vida sacrificó lo más querido y estaba dispuesto a dar hasta su propia vida si era necesario, como al final sucedió. La vida de Gandhi no fue monótona ni vacía, sino plena de experiencias que realmente merecieron la pena. Descubrió en la humildad un instrumento indispensable en su búsqueda de la verdad:
“… QUIEN BUSQUE LA VERDAD DEBE SER TAN HUMILDE COMO EL POLVO. EL MUNDO APLASTA EL POLVO BAJO SUS PIES, PERO EL QUE BUSCA LA VERDAD, HA DE SER TAN HUMILDE QUE INCLUSO EL POLVO PUEDA APLASTARLO. SOLO ENTONCES, Y NADA MAS QUE ENTONCES OBTENDRÁ LOS PRIMEROS VISLUMBRES DE LA VERDAD…»
Por ello Gandhi nunca omitió ninguno de los errores que cometió a lo largo de su vida, los expuso abiertamente. Gandhi nació en Porbandar el 2 de Octubre de 1869, bajo el signo de libra. Era el menor de cuatro hijos. Su padre Kaba Gandhi, era miembro de la corte de Rajasthanik y primer ministro.
Era un hombre sincero, valiente y generoso jamás tuvo ambición de riquezas, carecía de toda educación, salvo de la experiencia de la vida, que le permitió dirigir a centenares de hombres. Su educación religiosa era escasa, solo en sus últimos años comenzó a leer el Gita.
Su madre, dejó una tremenda huella psicológica, era profundamente religiosa, solía formular los votos más duros y mantenerlos sin flaquear. Ni tan siquiera la enfermedad constituía motivo suficiente para que dejara de cumplir sus promesas. También solía hacer bastantes ayunos.
Gandhi aprendió de la fuerza de su madre y de la inteligencia práctica de su padre; ambas cualidades le serían de gran utilidad en numerosas ocasiones.
Gandhi se consideraba a si mismo un estudiante mediocre en la escuela primaria. Era muy tímido y solitario. Según él jamás consiguió aprender el arte de copiar. Fue incapaz ya desde muy pequeño de mentir porque para el era fundamental el respeto hacia sus progenitores y maestros. Consideraba un deber no ejercer ningún tipo de crítica contra nadie.
A los 12 años le impresiono bastante una obra de teatro «Harishchandra» que conquistó su corazón, Harishchandra era un iniciado que buscaba constantemente la verdad y tenía que pasar por numerosas pruebas en esa búsqueda. La obra le obsesiono tanto que el quería ser como ese personaje de ficción.
No pudo escapar a las costumbre hindúes de matrimonios a temprana edad y por motivos económicos sus padres decidieron realizar una triple boda. La de su hermano, la de su primo y la suya, cuando sólo contaba con la edad de trece años.
Para Gandhi esto solo supuso el llevar hermosas ropas, ricos banquetes y una niña desconocida para compañera de juegos infantiles. Ni siquiera se imaginó que un día criticaría a su padre por haberlo casado siendo un niño. Entonces todo le pareció justo, adecuado y grato. Y todo cuanto hizo su padre le pareció estar por encima de cualquier reproche.
Gandhi tenía la misma edad que su esposa pero no tardó mucho en asumir el mando en su matrimonio. A esta edad estudiaba en el instituto y siguió haciéndolo después de casado.
Influenciado por uno de sus amigos Gandhi creyó que el secreto de la dominación de los ingleses sobre los hindúes, residía en sus costumbres carnívoras, que los hacía más fuertes y altos.
Y contradiciendo sus más arraigadas tradiciones, realizó durante un año, una serie de experimentos culinarios, probando toda serie de platos a base de carne. El sabía que mentía a sus padres y que si estos llegaban a enterarse de la verdad, sufrirían profundamente, por lo tanto se dijo:
«…AUN CUANDO ES ESENCIAL COMER CARNE Y TAMBIÉN IMPLANTAR «LA REFORMA» EN TODO EL PAÍS, ENCARAR Y MENTIR A LOS PROPIOS PADRES ES PEOR QUE NO COMER CARNE. POR TANTO, MIENTRAS ELLOS VIVAN NO DEBO HACERLO. CUANDO DEJEN DE EXISTIR Y YO TENGA LIBERTAD ABSOLUTA COMERÉ CARNE ABIERTAMENTE. PERO HASTA ESE MOMENTO, ME ABSTENDRÉ TOTALMENTE…»
Gandhi antepuso la obediencia y el respeto a sus padres a sus convicciones religiosas y morales.
A la edad de 15 años, Gandhi cometió un delito: robó un pedacito de oro de un brazalete de su hermano, para pagar una deuda que éste había contraído. Esto provocó un gran daño moral en su interior y decidió escribirle a su padre una confesión de arrepentimiento. Solicitando incluso un castigo. La reacción de su padre fue la primera gran lección de «A-himsa” para Gandhi:
«… YO HABÍA SUPUESTO QUE SE ENFURECERÍA, QUE SE GOLPEARÍA LA FRENTE Y ME DIRIGIRÍA PALABRAS DURAS. PERO PERMANECIÓ ASOMBROSAMENTE EN PAZ Y YO CREO QUE SE DEBIO A LA PUREZA Y SINCERIDAD DE MI CONFESIÓN…»
A la edad de 16 años, Gandhi dividía su tiempo en cumplir sus deberes escolares y en cuidar de su padre enfermo, al cual profesaba un profundo respeto y cariño.
Durante la enfermedad de su padre, acostumbraba a escuchar la lectura del Ramayana, lo cual dejó en el una profunda huella. Y como creía que las impresiones que se reciben en al niñez echan profundas raíces en al naturaleza humana, lamentó no haber tenido la fortuna de escuchar más libros de esta clase, durante este período.
No obstante esto le sirvió para tener tolerancia con todas las ramas del hinduismo y religiones hermanas, aunque no implicaba que tuviera fe en ellas.
Sin embargo arraigó en él la convicción de que la moralidad es la base de todo en la vida y de que la verdad es la sustancia misma de toda moral. En esa época, la verdad se convirtió en su único objetivo y el precepto «devuelve bien por mal», en su principio rector. Una estrofa gujaratí se adueño de su corazón y de su inteligencia:
«…POR UN CUENCO DE AGUA DAD UNA RICA COMIDA, ANTE UN SALUDO AMABLE INCLINAOS CON FERVOR, POR UN SIMPLE PENIQUE PAGAD CON ORO VOS; SI LA VIDA OS SALVAN, LA VUESTRA NO REHUSEIS.
OBSERVAD ASI DE LOS SABIOS SUS PALABRAS Y ACCIONES, CADA PEQUEÑO SERVICIO POR DIEZ OS SERA RECOMPENSADO.
EL REALMENTE NOBLE SABE QUE TODOS LOS HOMBRES SON UNO SOLO Y DEVUELVE CON JUBILO EL BIEN POR EL MAL QUE LE HUBIERAN HECHO…»
El 4 de diciembre de 1887, a la edad de 18 años, Gandhi salía de Bombay rumbo a Inglaterra con el fin de estudiar abogacía. Tuvo que prometer a su madre que no comería carne, que no bebería alcohol y que no estaría con mujeres. Con el apoyo económico de su hermano y algunas recomendaciones partió rumbo a ese desconocido y lejano país.
A su llegada, tuvo que adaptarse a las costumbres y normas sociales inglesas. Le resultó difícil cumplir la promesa de no comer carne, pues todo el mundo parecía empeñado en que quebrantara su decisión.
Mientras vivió con una familia inglesa, su auto-consideración le hizo pasar hambre, pues le daba vergüenza decir que le sirvieran más comida. Daba grandes caminatas y empezó a frecuentar restaurantes vegetarianos y a leer diversos libros sobre el tema, lo que le convirtió al vegetarianismo por convicción propia.
Llevaba una contabilidad muy estricta, pues hacía balance cada noche y tuvo que reducir sus gastos a la mitad: cambiaba a menudo de alojamiento y acabó cocinándose algunas de sus comidas, lo que le ahorró tiempo y dinero.
A medida que profundizaba en sí mismo, sentía la necesidad de cambiar tanto externa corno internamente. Lo que le indujo a modificar su forma de vivir.
Fue elegido miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Vegetariana pero nunca intervino en ninguna de sus reuniones a causa de su timidez. Solo en Sudáfrica comenzó a vencer esa timidez, aunque jamás logró superarla totalmente:
“… MI CONGÉNITA TIMIDEZ LA CONSIDERO UNA VENTAJA… EL MAYOR BENEFICIO CONSISTE EN QUE GRACIAS A ELLO HE APRENDIDO A ECONOMIZAR PALABRAS. HE CONTRAÍDO EL HÁBITO DE RESTRINGIR MIS PENSAMIENTOS. Y PUEDO ASEGU- RAR QUE RARA VEZ SE ESCAPA UNA PALABRA DE MI PLUMA O DE MI BOCA QUE NO HAYA SIDO MEDITADA… LA EXPERIENCIA ME HA ENSEÑADO QUE EL SILENCIO ES PARTE DE LA DISCIPLINA ESPIRITUAL DE UN CULTOR DE LA VERDAD. LA TENDENCIA A EXAGERAR, ASUPRIMIR O MODIFICAR LA VERDAD, SEA VOLUNTARIA O INVOLUNTARIAMENTE, ES UNA DEBILIDAD NATURAL EN EL HOMBRE, POR ESO ES NECESARIO EL SILENCIO, PARA SUPERAR ESE DEFECTO. UN HOMBRE DE POCAS PALABRAS, RARA VEZ DICE ALGUNA IRREFLEXIBLEMENTE, PUES MIDE Y SOPESA CADA UNA DE ELLAS… DUDO QUE LA CHARLATANERÍA PUEDA PROPORCIONAR BENEFICIO ALGUNO A LA HUMANIDAD. NO ES MAS QUE PÉRDIDA DE TIEMPO. MI TIMIDEZ HA SIDO EN REALIDAD MI ESCUDO Y MI CORAZA. ME HA PERMITIDO DESARROLLARME. ME HA AYUDADO A DISCERNIR LA VERDAD…»
Cuando llevaba casi dos años en Inglaterra, conoció a dos teósofos que le invitaron a que les leyera la versión original del «Gita», escrita en sánscrito y aunque sus conocimientos de sánscrito eran escasos, con- fiaba en entender el original. Los versos del segundo capítulo le causaron honda huella:
«…CUANDO ANALIZABA EL OBJETO DE LOS SENTIDOS SE ADVIERTE QUE DE ELLOS BROTA LA ATRACCIÓN; Y DE LA ATRACCIÓN NACE EL DESEO, QUE A SU VEZ INFLAMA LA FIERA PASIÓN. LA PASIÓN ALIMENTA LOS VICIOS Y, ENTONCES LA MEMORIA QUEDA TRAICIONADA, DEJA QUE SE AUSENTEN LOS PROPÓSITOS NOBLES Y MINA EL ESPÍRITU. HASTA QUE LOS BUENOS PROPÓSITOS, EL ESPÍRITU Y EL HOMBRE, ESTÁN DEFINITIVAMENTE PERDIDOS…»
El hombre que se esfuerza por satisfacer sus deseos nunca puede encontrar la paz. Gandhi, pacientemente dejaba pasar el incesante fluir de los deseos sin perturbarse, a fin de liberarse de ellos y también entendió que quien renuncia a todo sentido de propiedad empieza a vislumbrar el camino que le conducirá a la felicidad.
El Bhagavad Gita, encierra en sí mismo toda esencia del conocimiento védico siendo uno de los Upanisads más importantes del conocimiento sagrado de la India.
Gandhi, tenía al Gita como un tesoro inapreciable y como el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad. Gandhi conoció a Madame Blavatsky y a la señora Besant, pero sus amigos teósofos no lograron que se uniera a esta sociedad esotérica.
Leyó: La Clave de la Teosofía de Blavatsky y este libro le estimuló a leer otros libros sobre el hinduismo. De la lectura de la Biblia, le gustó sobre todo el Nuevo Testamento, y en especial el Sermón del Monte, los versículos:
«…MAS YO OS DIGO: NO RESISTÁIS AL MAL, ANTES, A CUALQUIERA QUE TE HIERE EN TU MEJILLA DIESTRA, VUELVELE TAMBIÉN LA OTRA; Y AL QUE QUISIERE PONERTE A PLEITO Y TOMARTE TU ROPA, DÉJALE TAMBIÉN LA CAPA…”
Estas lecturas estimularon su anhelo de estudiar otros grandes Maestros de la Religión. Un amigo le recomendó: Los héroes y el culto de los héroes de Carlyle. Leyó el capitulo sobre el héroe como profeta y aprendió todo lo que hay en los profetas de grandeza, valor y vida austera.
En 1890, el último año que permaneció en Inglaterra, fue invitado junto con un amigo a asistir a una conferencia de vegetarianos en Portsmouth y ambos tuvieron que alojarse en una casa de mala fama.
Gandhi se dejo arrastrar por las insinuaciones del ama de casa y estuvo a punto de romper la tercera promesa que le hiciera a su madre antes de partir de la india. Y en el preciso instante que iba a pasarse del límite bajo la atracción de la dueña de la casa, según Gandhi, Dios por boca de su amigo, murmuró:
“… ¿DESDE CUANDO SE ALOJA EN TI EL PECADO, HIJO MIO? ¡APÁRTATE INMEDIATAMENTE!…»
Al día siguiente abandonó la ciudad y en sus reflexiones sobre lo ocurrido decía:
«…EN TODAS MIS HORAS DE PRUEBA, PUEDO AFIRMAR QUE DIOS ME SALVA. CUANDO SE ESFUMA TODA ESPERANZA, CUANDO NADIE PUEDE AYUDARNOS Y TODO CONSUELO ES INÚTIL VEO QUE LLEGA EL AUXILIO DE ALGÚN MODO Y NO SE COMO, NI DE DONDE. LOS RUEGOS, LAS PLEGARIAS Y EL CULTO, NO SON SUPERSTICIONES. SON COSAS MUCHO MAS REALES QUE LOS ACTOS DE COMER, BEBER SENTARSE O CAMINAR… LA PLEGARIA NO ES UN ENSAYO DE ELOCUENCIA, NI UN HOMENAJE A FLOR DE LABIOS. LA VERDADERA PLEGARIA BROTA DEL CORAZÓN. Y CUANDO LOGRAMOS ALCANZAR ESA PUREZA QUE SE OBTIENE CON EL CORAZÓN, VACIO DE TODO, MENOS DE AMOR; CUANDO MANTENEMOS AFINADAS LAS CUERDAS DE NUESTROS SENTIMIENTOS MAS ELEVADOS, ENTONCES LA PLEGARIA SE CONVIERTE EN UNA DULCE MÚSICA QUE ASCIENDE A LOS CIELOS. LA PLEGARIA NO PRECISA DE PALABRAS. Y NO ME CABE LA MENOR DUDA DE QUE LA PLEGARIA ES EL MEDIO INFALIBLE DE LIMPIAR EL CORAZÓN DE PASIONES, PERO DEBE IR FUNDIDA CON LA MÁXIMA HUMILDAD…»
En 1890 fue a París, visitó la Torre Eiffel, y Nôtre Dame. Llegó a la convicción de que arrodillarse devotamente ante la virgen no era un culto a un simple mármol sino a la divinidad que simboliza.
El 10 de junio de 1891 aprobó sus exámenes y recibió el título de abogado aunque no se sentía calificado para la práctica de la jurisprudencia en la India. Desconocía las leyes lndias, y el derecho hindú o mahometano.
En el verano de 1891, al regresar a su hogar, se encontró con la triste noticia de la muerte de su madre. El pequeño bebé que dejó al marchar a Londres era ya un niño de 4 años. Su hermano mayor, le apremiaba a incorporarse al ejercicio profesional. Gandhi se vio lanzado a la responsabilidad del cabeza de familia.
Tres personas contemporáneas causaron honda impresión en su vida y lo cautivaron. Raychandbhai, un poeta cuya presencia le fascinaba; Tolstoi con su libro: El Reino de Dios está dentro de ti, que le dejó una impresión imborrable y Ruskin (ensayista y critico de arte y literatura), con su Hasta esto último.
Le encantaba la compañía de los niños y la costumbre de jugar y bromear con ellos la conservó toda su vida. Siempre pensó que estaba dotado para ser un buen maestro de escuela. Sus amigos le aconsejaron que se fuera a Bombay durante algún tiempo, a fin de adquirir experiencia allí, mientras estudiaba las leyes de la india.
Meses más tarde, aprovechó la ocasión que le brindaba una propuesta hecha por una empresa musulmana de Porbandar de enviarlo como abogado a Sudáfrica para resolver ciertas cuestiones de la compañía, y en la primavera de 1893, habiendo nacido su segundo hijo (Manilal), Gandhi se embarcó rumbo a Zanzibar, Mozambique y Natal.
Su objetivo primordial era resolver aquel pleito mercantil e intentar abrirse camino como ahogado a fin de consolidar su situación profesional y económica, pues sus responsabilidades crecían como padre de familia.
Al llegar a Durbán, Mohandas se encontró una sociedad dividida también en castas, por el color de la piel, la religión y la profesión: Estaban los comerciantes musulmanes (árabes), los hindúes, los parsis, los tamil, los telugu y los trabajadores contratados.
Y sobre todo, existía una verdadera muralla entre los blancos y el resto de la población. Esto lo comprobó personalmente en su primer viaje en tren desde Durbán a Pretoria, la capital del Transvaal.
En una de las estaciones del recorrido, los empleados del ferrocarril, a instancias de un hombre blanco, expulsaron a Gandhi de su vagón de primera clase, a pesar de llevar el correspondiente billete.
Pasó la noche en una sala de espera, gélida y solitaria, donde meditó mucho sobre la injusticia social. Los mismos problemas de discriminación social los encontraría en toda Sudáfrica y no solo en los medios de transportes, sino también en hoteles y alojamientos.
Decidido a combatir, convocó una reunión de los indos de Pretoria y pronunció su primer discurso público, donde hablaría sobre la honradez y la observancia de la verdad.
Despertó en los comerciantes el sentido del deber y la responsabilidad de decir la verdad, porque la conducta de los hindúes en Sudáfrica sería la medida con que juzgarían a millones de sus compatriotas.
El año de permanencia de Pretoria fue la más valiosa experiencia de su vida, pues tuvo la oportunidad de instruirse sobre las actividades públicas y también adquirió verdaderos conocimientos sobre la práctica de su profesión. Comprendió que la verdadera función de un abogado era unir a las partes en desacuerdo sin llegar a los Tribunales.
Varios amigos quisieron convertirlo al cristianismo, pero Gandhi no aceptaba varios puntos de la doctrina, por ejemplo le resultaba imposible creer que iba a ir al cielo o alcanzar la salvación por el mero hecho de hacerse cristiano. Tampoco podía creer que Jesús fuera la única encarnación del hijo de Dios, y que solamente los que creyeran en él alcanzarían la vida eterna.
Decía que si Dios podía tener hijos, todos éramos sus hijos. Si todos éramos semejantes a Dios, todos podíamos llegar a ser Dioses. Su razón no aceptaba que Jesús, con su muerte y su sangre, redimiera al mundo de sus pecados.
Por otra parte, según el cristianismo, sólo los seres humanos tienen alma; en cambio no la tienen los demás seres vivos. Estas y otras reflexiones le imposibilitaron para contemplar al Cristianismo como la religión más grande de todas, aunque tampoco estaba convencido de que el hinduismo lo fuera.
En esta época, leyó el Corán y otros libros sobre el Islam. Y aunque siguió un camino distinto al que pretendían sus amigos cristianos, siempre les estuvo agradecido por las inquietudes religiosas que sembraron en él.
Ganó el pleito que le había llevado hasta Sudáfrica, sin necesidad de ir ante los Tribunales y cuando se preparaba para regresar a la India, le hicieron una comida de despedida, en la que se le pidió quedarse un mes más para conseguir del gobierno la derogación de las leyes que impedían a los indios el derecho a participar en las elecciones legislativas.
La reunión de despedida se convirtió en un comité ejecutivo en acción. Donde le ofrecieron cobrar una cantidad que el estableciera por sus servicios. Pero Gandhi dijo que no podía cobrar nada por cumplir una tarea para el bien público, sin embargo no te iba a faltar clientela como abogado para defender innumerables pleitos de los hindúes,
Formó un Congreso Hindú en Natal, que se auto financiaba con las aportaciones de sus miembros. Corno su permanencia en Sudáfrica iba a prolongarse, se tomó unos meses de permiso y regresó a la India para reencontrarse con su familia y volver con ellos a Natal.
Aprovechó este descanso para escribir su primer libro sobre los problemas de los hindúes en Sudáfrica, libro que alcanzó bastante difusión, y cuya idea central era la de que la sumisión ante la indignidad supone la degradación del ser humano.
A medida que iba madurando su concepción del a-himsa, se fue haciendo más cuidadoso de sus pensamientos y palabras. Al poco tiempo regresó a Sudáfrica acompañado de su esposa y sus dos hijos.
Tras dificultades y resistencias por parte de las autoridades, que le negaban la entrada, pudieron al fin desembarcar en enero de 1897, no sin sufrir las hostilidades de los blancos que llegaron a maltratar físicamente a Gandhi.
Se les hizo creer que Gandhi había formulado en la india afirmaciones exageradas sobre los blancos en Natal, calumniándolos, por eso estaban enfurecidos. La prensa proclamó su inocencia y condenó a la multitud agresora. Esta circunstancia le hizo más popular y aumento su clientela profesional.
Estos sucesos llegaron hasta Londres, dónde el gobierno británico mostró su preocupación por la situación creada. El resultado fue la primera victoria política de Gandhi, al conseguir que el Acta de Natal reconociera derechos electorales a todos los súbditos británicos, incluidos los hindúes. Aquel triunfo consolidó la posición profesional de Gandhi como hombre de leyes.
Su familia seguía creciendo, Kasturbai dio a luz a su tercer varón: Ramdas. Gandhi deseaba cumplir algún trabajo humanitario de carácter permanente y dedicaba dos horas todos los días ayudando en un hospital.
En 1899 regresó a la India y todos los regalos y joyas que les hicieron, los donó, creando un fondo a favor de la comunidad, pues tenía la opinión de que quienes se dedican al servicio de la sociedad no deben aceptar donaciones valiosas. Pasó algún tiempo viajando.
En 1900 trajo a su cuarto y último hijo: Devadas. Tuvo que hacerse cargo de todo, pues no había ningún médico disponible.
En 1901 asistió al Congreso Hindú en su patria por primera vez y ofreció sus servicios a la Oficina del Congreso, pues le gustaba desempeñar funciones humildes. Presentó una resolución ante el Congreso, refiriéndose a los agravios que padecían sus compatriotas en Sudáfrica. Más tarde fue requerido nuevamente en Sudáfrica y partió solo, dejando a su esposa e hijos en Bombay.
«…LA SEPARACIÓN DE MI ESPOSA Y MIS HIJOS, EL ABANDONAR MI LUGAR DE RESIDENCIA Y PARTIR DE LO SEGURO A LO INCIERTO, ME RESULTO DOLOROSO. PERO ME HABÍA COMPROMETIDO CONMIGO MISMO A LLEVAR UNA VIDA INCIERTA. CREO QUE ES UN ERROR ESPERAR SEGURIDAD EN ESTA VIDA, CUANDO TODO ES INSEGURIDAD E INCERTIDUMBRE CON EXCEPCIÓN DE DIOS Y DE LA VERDAD. TODO LO QUE HAY Y TODO LO QUE OCURRE ES INCIERTO Y TRANSITORIO. SIN EMBARGO, HAY UN SER SUPREMO OCULTO EN ALGUNA PARTE QUE ES LA ENCARNACIÓN DE LA CERTIDUMBRE Y SOLO PUEDE CONSIDERARSE DICHOSO AQUEL QUE ALCANZA A ENTREVERLO AUNQUE SOLO SEA UN INSTANTE…”
No abandonó sus reflexiones diarias sobre el «Gita», lo tenía como un diccionario de conducta.
Las palabras aparigraha (No-posesión) y Samabhava (Igualdad) le cautivaron. Comprendió que la lección del «Gita» sobre la no-posesión significaba que aquellos que deseen la salvación deben de proceder como el «Fideicomisario» que, aun cuando tiene a su cargo la administración de grandes bienes, no los considera en modo alguno como propios.
La no-posesión y la igualdad supusieron para Gandhi un cambio de corazón, un cambio de actitud.
Estuvo enfermo dos veces en su vida y pese a eso pensaba que el hombre no tenía necesidad de tomar medicinas y que cualquier enfermedad se podía curar por medio de una dieta adecuada. Escribió un libro al respecto: Una guía hacia la salud.
En el curso de su vida se relacionó con gente de muchos credos y comunidades y no hizo distinción entre unos y otros, trataba a todo el mundo como a miembros de su familia.
Su casa siempre estaba llena de gente, vivían allí tanto hindúes como Europeos. Hasta sus propios empleados los trataba como a hijos, mientras fue responsable de llevar el periódico semanal «Indian Opinión».
«…TODO EL TIEMPO QUE ESTUVO BAJO MI CONTROL, LOS CAMBIOS OCURRIDOS EN EL DIARIO INDICABAN LAS TRANSFORMACIONES OPERADAS EN MI VIDA… HAN SIDO UN ESPEJO DE PARTE DE MI VIDA…»
Diez años se ocupó de este periódico, en el que divulgaba los principios y prácticas del «Satyagraha» (verdad, firmeza y resistencia pasiva), y también informaba sobre la verdadera situación de los hindúes en África del Sur.
Siempre estaba dispuesto además, a prestar servicios sociales, por ejemplo, cuando estalló la peste negra (epidemia de neumonía) fue en primero en atender a los enfermos con devoción y audacia, improvisando un hospital de emergencia.
Esta dedicación desinteresada aumentó aun más su influencia y popularidad entre los hindúes y europeos, entre los que hizo algunas amistades. Conoció a Mr. Polak con el que llegó a intimar. Tenían bastantes cosas en común.
Mr. Polak le regaló un libro: Unto this last de Ruskin. Descubrió algunas de sus convicciones expresadas en ese libro: Cómo que «el Dios individual está implícito en el Dios de todos; o cualquier oficio tiene igual valor, no es más importante ser ahogado que barbero…
Las obras de Ruskin le inspiraron una vida más cercana a la naturaleza, por lo que adquirió una casa en Phoenix, donde se trasladó con su familia. Inició una experiencia vital, por el camino de la moderación, la vida en comunidad, la austeridad en al alimentación y el dominio de si mismo.
Phoenix, se convirtió en una pequeña aldea con una media docena de familias establecidas y en constante desarrollo. Cuando todos estaban establecidos y las obras terminadas, regresó a Johannesburgo, pues tenía trabajo pendiente.
Desde 1906 hasta su muerte, de común acuerdo con su esposa, hizo voto de castidad (Brahmacharya). Su principal motivo, era no tener más hijos, pues llegó a la conclusión de que los hijos eran incompatibles con la prestación de servicios para el bien público.
Gandhi pensaba que los sentidos son tan arrolladores que solamente se los puede mantener bajo control cuando están completamente limados por todas partes. Y carecen de fuerza cuando la alimentación es escasa o nula y por tanto se ayudaba del ayuno para someterlos.
El Brahmacharya implica dominio de los sentidos en pensamiento, palabra y obra:
«…MIENTRAS EL PENSAMIENTO NO SE HALLE BAJO EL ABSOLUTO CONTROL DE LA VOLUNTAD, NO PUEDE HABER BRAHMACHARYA COMPLETO. EL PENSAMIENTO INVOLUNTARIO ES UNA ENFERMEDAD DE LA MENTE. DOMINAR LOS PEN- SAMIENTOS IMPLICA, CONTROLAR LA MENTE, LO CUAL RESULTA TODAVÍA MAS DIFÍCIL QUE SOMETER AL VIENTO.
SIN EMBARGO, LA EXISTENCIA DE DIOS EN EL INTERIOR DE CADA SER HUMANO HACE QUE SEA POSIBLE EL CONTROL DE LA MENTE…»
Gandhi en su empeño de llevar una vida sencilla y no depender de nadie, aprendió con el tiempo a lavar y planchar expertamente, incluso prescindió de su peluquero y se cortaba el pelo él mismo.
El 11 de septiembre de 1906 celebró un mitin en Johannesburgo, en el teatro Imperial. Se llenó el local (unas 3.000 personas). Gandhi planteó abiertamente que solo cabía una alternativa: resistirse a las leyes injustas hasta la muerte, o someterse a la indignidad.
Viajó a Inglaterra, durante 6 semanas parlamentó, conoció a personalidades, ganó simpatías y apoyo para su causa contra la discriminación en Sudáfrica.
Sus luchas contra la discriminación le llevaron a ser encarcelado varias veces en 1907 y 1908. En la cárcel se ofrecía voluntario para los servicios más penosos, incluida la limpieza de letrinas, él afirmaba que:
«…EL VERDADERO CAMINO HACIA LA FELICIDAD CONSISTE EN IR A LA CÁRCEL SOPORTANDO EN ELLA LOS SUFRIMIENTOS Y LAS PRIVACIONES, EN INTERÉS DE LA CAUSA QUE SE DEFIENDE…»
Aprovechó para leer los escritos de Thoreau, que dedicó su vida a la lucha contra la esclavitud de los negros en Norteamérica. La frase que más la impresionó fue:
«…LA ÚNICA OBLIGACIÓN QUE PUEDO ASUMIR ES LA DE HACER EN TODO MOMENTO LO QUE ESTIMO JUSTO…»
En 1909 volvería de nuevo a prisión en Pretoria, junto con miles de sus seguidores. Gandhi mantuvo la firmeza de la gente hasta conseguir al libertad.
Luego regresó de nuevo a Inglaterra, en este viaje comenzó a darse cuenta de que el problema de los hindúes de Sudáfrica podía también combatirse en toda la india, teniendo como base la convivencia y la vuelta a la sencillez de las costumbres tradicionales de la india.
Así fundó a unos 30 Km. de Johannesburgo, la Granja Tolstoi, en homenaje al gran escritor y pensador ruso, con el que había mantenido una interesante y fecunda correspondencia sobre temas como la fuerza del amor en la lucha contra la violencia.
Inauguró una especie de comuna rural con viviendas sencillas, rodeada de árboles frutales. Se dormía en mantas, en el suelo y se llevaba una vida natural y de hermandad entre hindúes, musulmanes, cristianos y parsis.
Así vivió hasta 1913 en que hubo de enfrentarse a nuevas acciones, que supondría para ellos persecución y encarcelamiento, nuevamente.
El 14 de noviembre de 1913 fue condenado a 3 meses de trabajos forzados. Donde día a día aumentaba la fuerza de su prestigio y de su atracción como líder humano y político.
En 1914 se llegó a un acuerdo que se transformaría en ley, dando validez a los matrimonios hindúes, musulmanes y parsis y anulando el impuesto anual exigido a los siervos.
A sus 45 años Gandhi había conseguido destacar como dirigente preparado para encabezar el movimiento de independencia de su patria. Desembarcó triunfalmente en enero de 1915 en la India.
No consideró nunca que los ingleses fueran enemigos, sino más bien unos intrusos que debían marcharse, y que habían traído consigo ciertos adelantos técnicos destructores del viejo humanismo oriental. Comenzó a poner en práctica en su patria las mismas ideas ya desarrolladas en Sudáfrica.
Asentó a su familia, discípulos y seguidores en Sabarmati, en las proximidades de un río y un pequeño bosque, en la comunidad que más tarde se conocería como Ashram de Satyagraha.
Durante 16 años viviría en una sencilla choza, ocupando una especie de celda monacal, con una terraza donde dormía, trabajaba y recibía visitas. Unas 200 personas llegaron a convivir allí, realizando el trabajo necesario para su propia subsistencia. Junto al estudio, la oración y la meditación, se cultivaba la tierra, se tejía y se hilaba.
La política nunca le hizo abandonar la tarea social. Por eso, invitaba a todos los dirigentes y políticos que le visitaban a mezclarse con el pueblo para conocer de cerca sus problemas, pues decía que no bastaba liberar a la India del poder británico, si no se la liberaba de su atraso, pobreza e ignorancia.
En 1916 Gandhi manifestó en público sus ideas, habló de su preocupación por el campesino, por los obreros y por los parias o «intocables». Para demostrar la necesidad de acabar con la marginación de los intocables, admitió en su comunidad a una familia de intocables.
Siempre llevaba a la práctica lo que predicaba. A partir de entonces, muchos de sus seguidores comenzaron a acoger en sus casas a intocables.
El siguiente paso de Gandhi fue ocuparse del campesinado, cuyas condiciones de vida eran muy penosas por culpa de su pobreza, su ignorancia y las pésimas circunstancias higiénicas y sanitarias. Se preocupaba por todos sus problemas y permaneció casi un año llevando una investigación sobre mas de 10.000 declaraciones de campesinos.
Las presiones que ejerció amenazando con una campaña de desobediencia civil a las leyes extorsionantes, hizo que al cabo de unos años los ingleses abandonaran sus tierras y que pasaran a manos de los campesinos.
Luego se enfrentó en el ámbito de la industria textil, mal pagada y explotada. Exhortó a los trabajadores a iniciar una huelga pacifica, mientras el se comprometía a ayunar mientras durase, en solidaridad con los afectados y sus familias. Los empresarios aceptaron las peticiones de los trabajadores.
A partir de entonces se sucedieron muchos años de lucha pacifica de no-cooperación con el gobierno británico: huelgas, prescindir de los artículos ingleses y promocionar los propios, desobediencia civil, etc.
Pero no todo el mundo estaba decidido a practicar la no violencia y tanto hindúes como británicos desencadenaron muchos episodios violentos. Lo que ocasionaba muchas bajas. Cada vez que ocurría algo así, Gandhi cancelaba la campaña y se sometía a ayunos voluntarios.
En 1922 acusado de incitar a la rebelión y a la sedición, fue condenado a 6 años de cárcel.
En 1924 fue operado de apendicitis aguda, toda la india permaneció pendiente de él. Tras el éxito de la operación se decretó su libertad.
Ideó un procedimiento muy gráfico para trasmitir sus ideas básicas a las masas. Levantaba su mano izquierda mostrando sus cinco dedos y luego los iba señalando con su mano derecha, explicando el significado de cada uno.
El primero, era el amor hacia los intocables;
El segundo, el uso de la rueca para hilar;
El tercero, la moderación y la sobriedad;
El cuarto, la amistad entre los hindúes y musulmanes;
Y el quinto, la no discriminación de la mujer.
Esas cinco reglas se sostenían en la «no-violencia», al igual que los cinco dedos se mantenían unidos por la muñeca de su mano.
En 1930 inició una marcha de 300 Km. (15 días) donde miles de personas se le unieron, para tomar con sus propias manos un puñado de sal, en señal de protesta contra el símbolo del monopolio inglés. Esto le ocasionaría 6 meses de represiones.
En 1931 se celebro se celebro el «Pacto de Delhi» donde finalizaba el monopolio británico de la sal.
En 1932 fue nuevamente encarcelado por sedición. Cuando abandonó la cárcel pasó varios años viajando por toda la India.
Después de la segunda guerra mundial en 1942, el congreso resolvió exigir el fin inmediato del gobierno británico en la India. Gandhi lo comunicó al Virrey. Fue nuevamente encarcelado junto con todos los dirigentes hindúes. Esto agravó la situación general de la India. En 1943 moría su leal esposa Kasturbai, de una bronquitis crónica.
En 1944 fue liberado y nunca volvería a ser encarcelado. Había pasado más de 2.000 días en prisión a lo largo de toda su vida, dedicada a la defensa de la libertad de los demás.
En 1946 se habló de un gobierno provisional de la India. Mientras se desencadenaba una guerra civil entre hindúes y musulmanes.
En 1947el 15 de agosto, se celebraba la jornada de la libertad de Nueva Delhi. A la que Gandhi no acudió, no podía participar cuando la tristeza de la división le llenaba de congoja.
El 13 de enero de 1948 inició su último ayuno, obsesionado por la lucha fratricida. Más de 100 delegados de las partes enfrentadas llegaron a ponerse de acuerdo para firmar un documento, prometiendo a Gandhi que las matanzas no se repetirían.
Intentaron acabar con su vida los enemigos de la paz, con una bomba de fabricación casera. Este primer intento frustrado obtuvo el perdón de Gandhi.
Pero el 25 de enero del 48 consiguieron acabar con su vida a la edad de 78 años.
Gandhi dirigió sus últimas palabras a Dios. Desaparecía el hombre y nacía el mito…