Concentración en la Llama de una Vela

La finalidad de esta práctica, muy común entre las diferentes culturas, es muy diversa, pues abarca penetrar en la consecución de la capacidad de concentración y hasta la experiencia mística del contacto con los elementales del fuego: las Salamandras, elementales ígneos de los que tanto habla la escritura esoterísta y ocultista.

Práctica

Primero debemos sentarnos, preferiblemente, en el suelo, en posición oriental. Después debemos relajar nuestros músculos y nervios, así como nuestra mente.

Una vez conseguido una relajación básica para la práctica, nuestra vista debe fijarse en la llama de la vela, que naturalmente debemos haber encendido previamente, también nuestros sentidos deben concentrarse en ese fin.

Debemos hacernos conscientes de como danza aquella flama, y el ruido que provoca con sus movimientos, el calor que libera, el olor que despide, etc.

En nuestra mente debe existir sólo la llama de la vela, todo pensamiento que aparezca en la pantalla de la mente, simbólicamente, será quemado por dicha flama, desapareciendo de inmediato hasta llegar a la quietud mental.

Finalmente debemos llegar a sentirnos parte de aquella llama, y escudriñar hasta lograr ver aquello que anima y da vida al fuego, estas son las Salamandras.

Con esta práctica se logra la perfecta concentración del pensamiento.